León Cadogan | Ayvu Rapyta

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Traducción del Guaraní León Cadogan



León Cadogan y el Ayvu Rapyta

Luis Alberto Vittor


Universidad Argentina John F. Kennedy



A la memoria del profesor y escritor correntino, 
Don Bernardo Ranalletti,
Denodado estudioso y entusiasta difusor 
de la lengua guaraní en nuestro país,
revalorizando su trabajo 
a modo de justiciera reparación.




Con la muerte de León Cadogan, acaecida en Asunción el 30 de mayo de 1973, la misma ciudad donde había nacido el 29 de julio de 1899, desaparecía no solo un gran precursor de la filología guaraní, de la etnología paraguaya y latinoamericana, sino, algo que muy pocas veces ha sido advertido, también el único testigo occidental y representante de raza blanca de la tradición Mbya Guaraní.  Considerado con justicia como uno de los mayores antropólogos paraguayos, etnógrafo y lingüista, Cadogan consagró su vida al registro, rescate y difusión de la cultura guaraní. Sus investigaciones se centraron en las cuatro etnias presentes en la Región Oriental del Paraguay: los Avá-Chiripá, los Pâi-Tavyterâ, los Aché-Guayakí y especialmente los Mbyá-Guaraní.
  
Como observador y estudioso de las tradiciones guaraníes, pasó la mayor parte de  su vida en la zona del Guairá (sudeste), e inició sus investigaciones de campo como un pasatiempo, ya que repartía su vocación de antropólogo y lingüista con ocupaciones diversas, y que con el tiempo se convirtió en actividad científica registrada en  varios libros y artículos publicados en revistas especializadas en Paraguay y el exterior.  En una época saturada de especialismos académicos diversos, podría llamar la atención que «el más grande símbolo de la primera mitad del siglo XX en la antropología paraguaya», como fuera calificado, careciera de una formación superior y que su única instrucción formal – hasta el 6° grado – la recibió en la escuela alemana de Villarrica, la fallida colonia de inmigrantes australianos fundada por el grupo al cual pertenecían sus padres — formado por utopistas— antes de desintegrarse. En efecto, Cadogan fue un sabio autodidacto e intuitivo, pero no por ello carecía de un profundo sentido crítico y un verdadero espíritu científico. Era políglota ya que hablaba perfectamente el guaraní, además del inglés, francés, alemán, español y portugués. 

El constante traslado del grupo familiar, en busca de trabajo por tierras del Guairá, permitió al joven Cadogan establecer un contacto personal con los indígenas de la región, especialmente los del grupo Mbya-Guaraní, que supieron preservar intacto su legado espiritual tradicional. Con los Mbyá tomó contacto en 1922, trabajando en los yerbatales de los departamentos del Guairá y Caaguazú, su relación fue tan estrecha que fue adoptado por ellos con el nombre de «Tupâ Kuchuvi Veve» («Divino torbellino que pasa volando»), nombre que mantuvo en secreto durante toda su vida y que recién reveló poco antes de su fallecimiento. Ya por aquella época de su juventud comenzó a registrar testimonios de una tradición viviente conservada secretamente por esta etnia, así como a perfeccionar su conocimiento del guaraní, su lengua materna, juntamente con el inglés aprendido en el seno familiar. Sus estudios primarios los realizó en alemán,  sólo posteriormente aprendió el español. Bastante tiempo después se daría cuenta de la importancia de sus contactos juveniles con los representantes vivos de la tradición Mbyá. Al comienzo de sus estudios e investigaciones su interés se centró en  el folklore mestizo del Guairá, tema sobre el que publicó bastante material, hacia 1940, luego recogido parcialmente en su primer libro, «Guahi rataipy» (Asunción: 1948). A fines de 1949 fue designado por el Gobierno como Curador de Indios Mbya-Guaraní del Guairá, puesto creado a su pedido. 

Desde entonces se dedicó  exclusivamente a la defensa de los pueblos originarios y al estudio de la cultura guaraní. En esas funciones y a través de la valiosa ayuda prestada a los indígenas, profundizó su amistad con algunos miembros influyentes de los Mbya. El mismo Cadogan cuenta, en la introducción al Ayvu Rapytá, cómo un azar —obtener la liberación de un indio— le permitió descubrir la existencia de las tradiciones secretas de los Mbya, después de muchos años de mantener relaciones amistosas con ellos, en todo cuyo lapso no había escuchado una sola palabra que hiciera sospechar siquiera la existencia de tales tradiciones. Es así como Cadogan es integrado al grupo y obtiene que le revelen la tradición esotérica «Ne’é Pora Tenondé»: «primeras palabras hermosas», que encierran el fundamento de la tradición secreta de los Mbyá-Guaraní. Ese indio que de manera providencial pone a Cadogan en contacto con una tradición secreta, celosamente guardada por los Mbyá-Guaraní, es Mario Higinio.  A través de su contacto con el cacique Pablo Vera, uno de los principales informantes de Cadogan, tuvo noticias de la prisión de Mario Higinio en una cárcel regional en Villarrica, departamento del Guairá (Paraguay). Tras conseguir su libertad, Higinio consultó con el  cacique si no sería apropiado iniciar a Cádogan en los conocimientos de la tradición secreta del Ayvu Rapyta, es decir, sobre el origen del lenguaje humano. La respuesta fue negativa, lo que llevó a Higinio a insistir en que se le transmitiera a Cadogan los himnos sagrados relacionados con el origen del mundo. Ante nueva respuesta negativa, Higinio hizo ver al cacique que nadie como Cádogan se había interesado tan vivamente no solo en los asuntos de los Mbya, ayudándolos de muchas maneras, sino en su cultura y sus creencias religiosas, lo que, a juicio de Higinio, lo calificaba para que le fueran transmitidos los misterios sagrados de las «ñe´e porã tenonde», es decir, «las primeras palabras hermosas», porque, dijo él, los favores que los Mbyá le debían a Cádogan lo hicieron merecedor de que se lo considerase como «un auténtico miembro del asiento de los fogones mbya», es decir, un miembro de los Mbyá. En las palabras propias de Cadogan: «Esta fue la manera en que inicié en las tradiciones secretas de los Mbyá, después de muchos años de relaciones amistosas con ellos, en todo cuyo lapso no había escuchado una sola palabra que hiciera sospechar siquiera la existencia de tales tradiciones».

Para tener el privilegio de acceder a la transmisión de las tradiciones secretas conservadas por los Mbyá, fue necesario que le iniciaran y le dieran un «hieronymus» o nombre sagrado y secreto, por el que se lo reconocía como miembro del fogón de los Mbyá. Esta transmisión del legado sagrado de una tradición secreta no fue un hecho insignificante, fue realmente un gran acontecimiento casi sin precedentes, sobre todo si se tiene en cuenta que, a partir de los primeros contactos con el hombre blanco, los guaraníes se hicieron mucho más herméticos en la divulgación de sus creencias religiosas y, sobre todo, en la transmisión de sus tradiciones secretas a individuos no calificados. El guaraní desdeña al hombre blanco, porque sabe que éste ha corrompido su lenguaje, que sus palabras carecen de verdad, de toda fuerza mágica y nombradora, vale decir, han perdido toda eficacia creadora y han sido despojadas de todo significado espiritual profundo. El hombre guaraní dedica su vida a potenciar o realizar su «palabra-alma», a la vez que procura preservarla pura, libre de todo desdoro o degradación, sustrayéndola en especial de la curiosidad de los extraños, dado que la palabra verdadera, fundacional, no se da a todos, y menos sin la debida y reconocida calificación moral y espiritual. Su transmisión a un iniciado viene ligada a la búsqueda de la perfección, de la sabiduría. El camino hacia la perfección es una progresión hacia la «Tierra Sin Mal» (Yvy Marãey), que es un paraíso aquí y ahora, está enjoyado por la «Palabra Hermosa» (Ayvu-porä).

Desde el momento en que León Cadogan recibió su jerónimo o nombre iniciático sagrado, «Tupâ Kuchuvi Veve» («Divino torbellino que pasa volando»), se ganó el derecho a recibir las antiguas enseñanzas de los Mbyá Guaraní  y a ser  reconocido como un miembro del fogón y respetado como el de un Pajé о Karai (gran chamán) en las diferentes etnias guaraníes, desde el Guairá hasta la selva amazónica, y desde el Atlántico hasta los contrafuertes andinos del Alto Perú. Su condición de testigo de la tradición viviente de los Mbyá comienza por esa época, cuando descubre que los Mbyá conservaban una tradición secreta que se transmitía por medio de cantos que los transmisores habían recibido desde un tiempo primordial y que ponían de relieve la existencia de un lenguaje iniciático y sagrado que ahora estaban dispuestos a confiárselo al nuevo iniciado que era Cadogan. Estos cantos son el fundamento de la espiritualidad guaraní. Su trascripción exigió mantener intacta de la forma más fidedigna posible los relatos originales escuchados y anotados por él  y cotejadas con otras versiones de los sabios Mbyá, posteriormente seguidas de importantes notas explicativas que fueron publicadas junto con los textos originales en una edición muy humilde y limitada. Afirma Cádogan que solo así puede «apreciarse la poesía y la filosofía autóctonas en toda su belleza, toda su profundidad». 

Los cantos del «Ayvu Rapyta» recopilados por Cadogan son registros genuinos de tradiciones secretas y, a juicio del sabio paraguayo, constituyen una prueba de que «ni el largo contacto con cristianos ni la catequización a que han sido sometidos algunos Mbyá por misioneros católicos ha influido en el verdadero pensamiento místico del aborigen». Tras años intensos de paciente recolección de registros y testimonios sobre la cosmogonía y la tradición sagrada de los guaraníes, Cadogan realiza una labor titánica únicamente adelantada en ese dominio — en forma parcial, pero no menos meritoria— por el antropólogo alemán Kurt Unkel, nacido el 17 de abril de 1883 en Jena, Sajonia (Alemania). Unkel, al igual que Cadogan, careció de una formación superior, sus conocimientos etnológicos los adquirió de forma completamente autodidacta. Unkel llegó a Brasil en 1903 e inmediatamente se dedicó al estudio de la etnia guaraní, cercana a Baurú, cuando encuentra en mayo de 1912, en un pantano a orillas del río Tietê, a un pequeño grupo de guaraníes que llega desde  Paraguay. La recolección de los textos Apapokúva ha sido posible gracias a la integración de Kurt Unkel a ese diezmado grupo Guaraní, que le adoptó, en 1906, como miembro, habiendo recibido como «cualquier honrado guaraní», en la ceremonia iniciática, el nombre de  «Nimuendaju», que significa «aquel que supo abrir su propio camino en este mundo y conquistó su lugar» por parte del paje. Su nombre iniciático,  Nimuendaju,  fue adoptado por el etnógrafo alemán como primer apellido, al hacerse ciudadano brasileño. Aparte el valor literario intrínseco, los textos recogidos y transcriptos por Unkel tienen el incuestionable mérito de haber revelado la existencia de una rica tradición sagrada y una producción literaria guaraní, hasta entonces ignorada o subestimada.  Otro mérito para nada desdeñable es el de haber dado precisiones necesarias sobre algunas nociones trascendentes de la teología guaraní que demostraron que, pasados cuatro siglos, el aspecto fundamental de la tradición guaraní no había desaparecido ni cambiado,  pese a la aculturación de los contactos de la colonización y a la represión de la acción evangelizadora. Unkel realizó su trabajo de campo entre los Apapokuva-guaraní, un grupo mucho más aculturado que el de los Mbyá Guaraní. Unkel publicó el corpus recogido entre los Apapokúva-Guaraní de la frontera brasileño-paraguaya, en Zeitschrift für Ethnologie, T. XLVI, Berlín, 1914, bajo el título de «Die Sagen von der Erschaffung und Vernichtung der Welt ais Grundlagen der Religión der Apapokúva-Guaraní». En realidad, en Paraguay los textos Apapokúva fueron publicados recién en 1944, en una modesta edición limitada de 100 ejemplares mimeografiados, cuando Juan Francisco Recalde acometió la ciclópea tarea de traducirlos al español y al guaraní paraguayo bajo el título de «Leyenda de la creación y juicio final del mundo como fundamento de la religión de los Apapokúva-Guaraní». 

La recopilación y traducción del Ayvu Rapyta en la versión anotada de León Cadogan puede considerarse como el primer fruto de su fecunda labor antropológica y filológica. El trabajo de Cadogan, «Ayvu Rapyta. Textos míticos de los Mbya-Guaraní del Guairá», fue publicado en 1959 en el Boletim 227, Antropología nº 5 de la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras de la Universidad de São Paulo de Brasil, si bien esta edición fue precedida por tres ensayos que, con el mismo título,  dos en 1953, con los Capítulos I y II (en junio y diciembre de ese año) y otro en 1954 (diciembre), con el Capítulo III, se publicaron en la Revista de Antropología de esta misma universidad. En esta obra Cadogan transcribe en la lengua de los Mbya-guaraní y traduce al español los citados textos. Cadogan estableció el conjunto de los cantos sagrados del Ayvú Rapyta en 19 capítulos de los cuales los cuatro primeros son expresión del génesis u origen del mundo desde la perspectiva Mbyá-guaraní. El Ayvú Rapyta es un texto sagrado que relata el origen del mundo, el lenguaje, los animales y los seres humanos. Siguen a estos cantos que narran  diversos aspectos de la «Ñandereko» (vida armoniosa), «teko kavi» (vida  buena) y la  «Ivi maraei» (Tierra Sin Mal), nociones todas que vertebran la espina dorsal de la «tekó porã» (Vida hermosa) de los Mbyá Guaraní. 

La publicación de la obra Ayvú Rapyta marcó un hito, no sólo en la historia de la etnología y antropología de las minorías étnicas en América del Sur, y muy especialmente de los Mbyá Guaraní, sino que  también ha gravitado en la historia de la literatura paraguaya ya que el Ayvú Rapyta es considerado  como el primer monumento histórico de la  poesía en guaraní. Las fieles recopilaciones y transcripciones que León Cadogan realizó de los extensos cantos que conservan las tradiciones secretas de los  Mbyá guaraní, marcaron con huella precursora el camino a seguir para investigadores posteriores como Pierre Clastres, Miguel Chase Sardi y Carlos Martínez Gamba. Por otro lado, el trabajo Ayvú Rapyta junto con la importante y extensa obra literaria e investigadora que Cadogan llevó a cabo a lo largo de su vida, supuso un testimonio de primer agua para constatar el  valor conferido a la Palabra, vehículo primordial de la creación divina,  por los mismos Mbyá-guaraníes, al mostrar el doble significado de Ayvú como «Palabra» y «Alma». Desde la perspectiva tradicional de la cosmogonía guaraní, la Palabra confiere el Alma a todo lo creado. Todo es palabra y alma de Ñamandú, el Ser Supremo, que confió a cuatro diadas de cosmocrátores o mediadores divinos —cuatro dioses menores y sus respectivas esposas— la misión de enviar las «palabras-alma» a los hombres. Estas «palabras-almas» que estas potencias cósmicas divinas  envían a los seres humanos entran en los recién nacidos por la coronilla, y corresponde al chamán averiguar en cada caso qué dios se la envió, como paso previo a la elección del nombre. Si ninguna «palabra-alma» se encarna en el recién nacido, este no tardará en morir. La muerte es la pérdida o la ausencia de la palabra. 

En ocasión de cumplirse próximamente los 42 años del fallecimiento del ilustre sabio paraguayo, León Cadogan, queremos tributar un homenaje a su labor humanitaria y científica, rescatando la traducción al español directamente del guaraní de los textos del «Ayvú Rapyta» del que publicamos solamente cinco de los 19 capítulos (I, II, III, VI y VII) y se han suprimido las notas que aparecen en el original. 












Ayvu Rapyta
[El Fundamento de la Palabra]
Textos Míticos de los  Mbyá Guaraní del Guairá



Capítulo I



Maino i reko ypykue
Las primitivas costumbres del Colibrí


Ñande Ru Papa Tenonde
Nuestro Padre Ultimo-úlitmo Primero
gueterã ombojera
para su propio cuerpo creó
pytû ymágui.
de las tinieblas primigenias.


Yvára pypyte,
Las divinas plantas de los pies,
apyka apu'a i,
el pequeño asiento redondo,
pytû yma mbytére
en medio de las tinieblas primigenias
oguerojera
los creó, en el curso de su evolución.


Yvára jechaka mba'ekuaa,
El reflejo de la divina sabiduría,
yvára rendupa,
el divino oye-lo-todo
yvára popyte, yvyra'i,
las divinas palmas de la mano con la vara-insignia,
yvára popyte rakã poty,
las divinas palmas de las manos cons las ramas floridas.
oguerojera Ñamanduî
las creó Ñamanduî, en el curso de su evolución,
pytû yma mbytére.
en medio de las tinineblas primigenias.


Yvára apyre katu
De la divina coronilla excelsa
jeguaka poty
las flores del adorno de plumas
ychapy recha.
eran gotas de rocío.
Yvára jeguaka poty mbytérupi
Por entremedio de las flores del divino adorno de plumas
guyra yma, Maino i,
el pájaro primigenio, el Colibrí,
oveve oikóvy.
volaba, revoloteando.


Ñande Ru tenondegua
Mientras nuestro primer Padre
oyvára rete oguerojera i jave oikóvy,
creaba, en el curso de su evolución, su divino cuerpo,
yvytu yma íre oiko oikóvy:
existía en medio de los vientos primigenios:
oyvy ruparã i oikuaa'eÿ mboyve ojeupe,
antes de haber concebido su futura morada terrenal,
oyvarã, oyvyrã
antes de haber concebido
oiko ypy i va'ekue
su futuro firmamento, su futura tierra,
oikuaa'eÿmboyve i ojeupe,
que originariamente surgieron,
Maino i ombojejuruei;
el Colibrí le refrescaba la boca;
Ñamanduî yvarakaa
el que sustentaba a Ñamanduî con productos del paraíso
Maino i.
fue el Colibrí.


Ñande Ru Ñamandu tenondegua
Nuestro Padre Ñamandú, el primero,
oyvarã oguerojera'eÿ mboyve i,
antes de haber creado, en el curso de su evolución, su futuro paraíso,
pytû A'e ndoechái:
El no vio tinieblas:
Kuaray oiko'eÿramo jepe,
aunque el sol aún no existiera,
opy'a jechakáre A'e oiko oikóvy;
El existía iluminado por el reflejo de su propio corazón;
oyvárapy mba'ekuaápy
hacía que le sirviese de sol
oñembokuary i oiny.
la sabiduría contenida dentro de su propia divinidad.


Ñamandu Ru Ete tenondegua
El verdadero Padre Ñamandú, el primero,
yvytu yma íre oiko oikóvy;
existía en medio de los vientos oringinarios;
opytu'ui oiny ápy
en donde paraba a descansar
Urukure'a i omopytû i oiny:
la Lechuza producía tinieblas:
omoñendúma pytû rupa.
ya hacía que se tuviese presencia del lecho de las tinieblas.


Ñamandu Ru Ete tenondegua
Antes de haber el verdadero Padre Ñamandú, el primero,
oyvarã oguerojera'eÿ mboyve i;
creado en el curso de su evolución, so futuro paraíso;
Yvy Tenonde oguerojera'eÿ mboye i;
antes de haber creado la primera tierra;
yvytu yma íre A'e oiko oikóvy:
El existía en medio de los vientos originarios:
Ñande Ru oiko i ague yvytu yma,
el viento originario en que existió Nuestro Padre
ojeupity jevýma
se vuelve a alcanzar
ára yma ojeupity ñavõ.
cada vaz que se alcanza el tiemp-espacio originario,

cada vaz que se llega al resurgimiento del tiempo-espacio primitivo.
Ara yma opa ramove,
En cuanto termina la época primitiva,
tajy potypy,
durante el florecimiento del lapacho,
yvytu ova ára pyaúpy:
los vientos se mudan al tiempo-espacio nuevo;
oikóma yvytu pyau, ára pyau,
ya surgen los vientos nuevos, el espacio nuevo;
ára pyau ñemokandire.
se produce la resurrección del tiempo-espacio.






Capítulo II



Ayvu Rapyta
El fundamento del lenguaje humano


Ñamandu Ru Ete tenondegua
El verdadero Padre Ñamandu, el primero,
oyvára peteîgui,
de una pequeña porción de su propia divinidad,
oyvárapy mba'ekuaágui,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
okuaararávyma
y en virtud de su sabiduría creadora
tataendy, tatachína ogueromoñemoña.
hizo que se engendrasen llamas y tenue neblina.


Oãmyvyma,
Habiéndose erguido,
oyvárapy mba'ekuaágui,
de la sabiduria contenida en su propia divinidad,
okuaararávyma
y en virtud de su sabiduría creadora
ayvu rapytarãoikuaa ojeupe.
concibió el origen del lenguaje humano.
Oyvárapy1 mba'ekuaágui,
De la sabiduría contenida en su propia divinidad,
okuaararávyma,
y en virtud de su sabiduria creadora,
ayvu rapyta oguerojera,
creó nuestro Padre el fundamento del lenguaje humano
ogueroyvára Ñande Ru.
e hizo que formara parte de su propia divinidad.
Yvy oiko'eÿre,
antes de existir la tierra,
pytû yma mbytére,
en medio de las tinieblas primigenias,
mba'e jekuaa'eÿre,
antes de tenerse conocimiento de las cosas,
ayvu rapytarã i oguerojera,
creó aquello que sería el fundamento del lenguaje humano
ogueroyvára Ñamandu Ru Ete tenondegua.
e hizo el verdadero Primer Padre Ñamandú que formara parte de su propia divinidad.


Ayvu rapytarã i oikuaamavy ojeupe,
Habiendo concebido el origen del futuro lenguaje humano,
oyvárapy mba'ekuaagui,
de la sabiduria contenida en su propia divinidad,
okuaararávyma,
en virtud de su sabiduria creadora
mborayu rapytarã oikuaa ojeupe.
concibió el fundamento del amor.
Yvy oiko'eÿre,
antes de existir la tierra,
pytû yma mbytére,
en medio de las tinieblas primigenias
mba'e jekuaa'eÿre
antes de tenerse conocimiento de las cosas,
okuaararávyma,
y en virtud de su sabiduria creadora,
mborayu rapytarã i oikuaa ojeupe.
el origen del amor lo concibió.


Ayvu rapytarã i oguerojera i mavy,
Habiendo creado el fundamento del lenguaje humano,
mborayu peteî i oguerojera i mavy,
habiendo creado una pequeña porción de amor,
oyvárapy mba'ekuaágui,
de la sabiduria contenida en su propia divinidad,
okuaararávyma
y en virtud de su sabiduria creadora
mba'e a'ã rapyta peteî i oguerojera.
el origen de un solo himno sagrado lo creó en su soledad.
Yvy oiko'eÿre,
Antes de existir la tierra
pytü yma mbytére,
en medio de las tinieblas originarias,
mba'e jekuaa'eÿre
antes de conocerse las cosas
mba'e a'ã peteî i oguerojera ojeupe.
el origen de un himno sagrado lo creó en su soledad.


Ayvu rapytarã i oguerojera i mavy ojeupe;
Habiendo creádo, en su soledad, el fundamento del lenguaje
mborayu peteî i oguerojera i mavy ojeupe;
habiendo creado, en su soledad, una pequeña porción de amor
mba'e a'ã peteî oguerojera i mavy ojeupe,
habiendo creado, en su soledad, un corto himno sagrado,
ochareko iñóma
reflexionó profundamente
mavaêpepa ayvu rapyta omboja'o i anguã;
sobre a quién hacer partícipe del fundamento del lenguaje :
mborayu peteî i omboja'o i anguã;
sobre a quién hacer partícipe del pequeño amor;
mba'e a'ã ñeychyrõgui omboja'o i anguã
sobre a quién hacer partícipe de las series de palabras que componían el himno sagrado


Ochareko iñómavy,
Habiendo reflexionado profundamente,
oyvárapy mba'ekuaágui,
de la sabiduria contenida en su propia divinidad,
okuaararávyma
y en virtúd de su sabiduria creadora
oyvárapy irûrã i oguerojera.
creó a quienes serian compañeros de su divinidad.


Ochareko iñómavy,
Habiendo reflexionado profundamente,
oyvárapy mba'ekuaágui,
de la sabiduria contenida en su propia divinidad,
okuaararávyma
y en virtud de su sabiduría creadora
Ñamandu Py'a Guachu oguerojera.
creó al (a los) Ñamandu de corazón grande.


Jechaka mba'ekuaa reve oguerojera.
Lo creó simultáneamente con el refiejo de su sabiduría.
Yvy oiko'eÿre,
Antes de existir la tierra,
pytû yma mbytére,
en medio de las tinieblas originarias,
Ñamandu Py'a Guachu oguerojera.
creó al Ñamandu de corazón grande.
Gua'y reta ru eterã,
Para padre de sus futuros numerosos hijos,
gua'y reta ne'êy ru eterã,
para verdadero padre de las almas de sus futuros numerosos hijos
Ñamandu Py'a Guachu oguerojera.
creó al Ñamandu de corazón grande.


A'e va'e rakyguégui,
A continuación
oyvárapy mba'ekuaágui,
de la sabiduria contenida en su propia divinidad 
okuaararávyma,
y en virtud de su sabiduria creadora
Karai Ru Eterã
al verdadero Padre de los futuros Karai
Jakaira Ru Eterã
al verdadero Padre de los futuros Jakairá
Tupã Ru Eterã
al verdadero Padre de los futuros Tupã
omboyvárajekuaa.
les impartió conciencia de la divinidad.
Gua'y reta ru eterã,
Para verdaderos padres de sus futuros numerosos hijos,
gua'y reta ñe'êy ru eterã,
para verdaderos padres de las palabras-almas de sus futuros numerosos hijos
omboyvára jekuaa.
les impartió conciencia de la divinidad.


A'e va'e rakykuégui,
A continuación
Ñamandu Ru Ete
el verdadero Padre Ñamandu
opy'a rechéiguarã
para situarse frente a su corazón
omboyvára jekuaa
hizo conocedora de la divinidad
Ñamandu Chy Eterã i;
a la futura verdadera Madre de los Ñamandu,
Karai Ru Ete,
karai Ru Ete
omboyvára jekuaa
hizo conocedora de la divinidad
opy'a rechéiguarã
a quien se situaría frente a su corazón,
Karai Chy Eterã i.
a la futura verdadera Madre de los Karai.
Jakaira Ru Ete, a'érami avei,
Jakaira Ru Ete, en la misma manera,
opy'a rechéi guarã
para situarse frente a su corazón
omboyvárajekuaa
hizo conocedora de la divinidad
Jakaira Chy Eterã i.
a la verdadera Madre de los Jakaira.
Tupã Ru Ete, a'érami avei,
Tupã Ru Ete, en la misma manera,
opy'a rechéi guarã
a la que se situaria frente a su corazón,
omboyvárajekuaa
hizo conocedora de la divinidad
Tupã Chy Eterã i.
a la verdadera futura Madre de los Tupã.


Guu tenondegua yvárapy
Por haber ellos asimilado
mba'ekuaa omboja'o riréma;
la sabiduria divina de su propio Primer Padre;
ayvu rapytarã i omboja'o riréma;
después de haber asimilado el lenguaje humano;
mborayu rapyta omboja'o riréma;
después de haberse inspirado en el amor al prójimo;
mba'e a'ã ñeychyrõ omboja'o riréma;
después de haber asimilado las series de palabras del himno sagrado
kuaarara rapyta ogueno'ã rire,
después de haberse inspirado en los fundamentos de la sabiduría creadora,
a'ekue ípy:
a ellos también llamamos:
Ñe'êy Ru Ete pavêngatu,
excelsos verdaderos padres de las palabras-almas;
Ñe'êy Chy Ete pavêngatu,
excelsas verdaderas madres de las palabras-almas.
ja'e.




Para demostrar que el párrafo 6 en este capítulo se refiere a la creación del sol, trsnscribo a continuación la plegaria de todo Mbyá "ortodoxo":


(10) Ñamandu Ru Ete tenondegua!
Oh, verdadero Padre Ñamandú, el primero!
Nde yvýpy Ñamandu Py'a Guachu
En tu tierra el Ñamandú de corazón grande
oyvára jechaka mba'ekuaa
se yergue simultáneamente
ogueropu'ã.
con el reflejo de su divina subiduría.
Reropu'ãukáramoma
En virtud de haber tú dispuesto que aqullos a quienes tú proveíste de
ne remimboguyrapa,
arcos
ore ropu'ã jevýma.
nos irguiésemos,
A'éramoma,
es que nosotros volvemos a erguirnos.
ayvu marã'eÿ
palabras indestructibles
kuriéramo jepe oguerokãngy
que en ningún tiempo, sin excepción, se debilitarán,
katuî vare'ÿ jevýma
nosotros unos pocos huérfanos del paraíso
ore, yvára tyre'ÿ mbovy i,
volvemos a pronunciarlas
rogueropu'ãma.
al levantarnos.
A'évare,
En virtud de ellas,
toropu'ã jevy jevy,
séanos permitido levantarnos repetidas veces
Ñamandu Ru Ete tenondegua.
oh! Verdadero Padre Ñamandú, el primero


***
***
 Mba'e porãvyma:
En virtud de su condición divina
"Kuaarara tataendy, tatachina", e'i.
"Las llamas y la neblina del poder creador", dicen.
Ñamandu tenondegua
Fue el primer Ñamandú
rangê a'e va'erã
quien hizo que se engendrase, como parte de su ser,
ogueromoñemoña.
aquello que se convertiría en esta cosa


 Yvy rupáre,
En la morada terrenal,
jeguakáva porãngue i jepe,
ni los mejores entre los que llevan la insigina de la masculinidad
jachukáva porãngue i jepe
ni las mejores que llevan el emblema de la feminidad
oikuaa ya'erã'eÿ:
la llegarán a conocer:
a'e va'e iupitypy'eÿ.
ello es cosa inasequible.


Va'e jepe,
De esta cosa, sin embargo,
oñembo'e porã añetegua va'épe,
a los que se dedican a orar con verdadero fervor,
marãramipa
les divulgarán (los dioses)
"Kuaarara tataendy tatachina" e'I,
por qué es que dicen:
oikuaauka va'erã.
"las llamas y la neblina del poder creador".


A'évyma Ñande Ru,
Fue en virtud de ello que nuestro Padre
opy'a mbyte mbytépy
asentó en el mismísimo centro de su corazón
ñe'êngatu rapytarã i
el origen de la excelsa palabra
ombou tenonde va'ekue.
que oringinariamente engenró.


Va'épema:
A esta cosa llaman
"Kuaarara
"las llamas y la neblina del poder creador".
tataendy tatachina", e'i.
En virtud de ella,
A'évyma,
en virtud de haberla puesto en pie simultáneamente
opy'a jechaka Kuaray reve
con la fuente de luz de su corazón y el Sol,
omoñembo'ývyma,
para que en toda la extensión
yvy javére,
de la tierra
yva javére
y del firmamento
omokañya jipói anguã ete,
no hubiera absolutamente nada que escapsase a su vista,
o'évama
a aquello que creó como parte de sí mismo
oguerojera va'ekuépema:
y en virtud de su decir:
"Kuaarara tataendy tatachina,
"las llamas y la neblina del poder creador".
yvára Kuaray i",
el Sol de la divinidad",
e'i Ñamandu Ru Ete tenondegua.
las llamó el verdadero Padre Ñamandú, el primero.




Capítulo III




Yvy Tenonde
La Primera Tierra


Primera parte
Primera parte


Ñamandu Ru Ete tenondegua
El verdadero Padre Ñamandú, el primero,
oyvy ruparã i oikuaámavy ojeupe,
habiendo concebido su futura morada terrenal,
oyvárapy mba'ekuaágui,
de la sabiduría contendia en su propia divinidad,
okuaararávyma
y en virtud de su sabiduría creadora,
opopyga rapyta íre
hizo que en la extremidad de su vara
yvy ogueromoñemoña i oiny.
fuera engendrándose la tierra.


Pindovy ombojera yvy mbyterãre;
Creó una palmera eterna en el futuro centro de la tierra;
amboae ombojera Karai ambáre;
creó otra en la morada de Karaí;
Pindovy ombojera Tupã ambáre;
creó una palmera eterna en la morada de Tupã,
yvytu porã rapytáre ombojera Pindovy;
en el origen de los vientos buenos creó una palmera eterna;
ára yma rapytáre ombojera Pindovy;
en los orígenes del tiempo-espacio primigenio creó una palmera eterna;
Pindovy peteî ñirûi ombojera:
cinco palmeras eternas creó:
Pindovýre ojejokua yvy rupa.
a las palmeras eternas está asegurada la morada terrenal.


Mboapy meme rire yva;
Existen siete paraísos;
yva ijyta irundy:
el firmamento descansa sobre cuatro columnas;
yvyra'ípy ijyta.
sus columnas son varas-insignias.
Yva itui va'e yvytúpy
El firmamento que se extiende con vientos
oayña imondóvy Ñande Ru.
lo empujó Nuestro Padre, Enviándolo a su lugar.


Yvyra'i mboapýpy rangê omboupáramo,
Habiéndole colocado primeramente tres columnas al paraíso,
oku'e poteri yva;
éste se movía aún;
a'éramiramo,
por este motivo,
omboyta irundy yvyra'ípy;
le colocó cuatro columnas de varas-insignias;
a'éramo ae endaguãmy,
sólo después de esto estuvo en su debido lugar,
ndoku'evéima.
y ya no se movía más.


Yvy rupa mongy'a ypy i are
El primera ser que ensució la morada terrenal
mbói yma i;
fue la víbora originaria;
a'anga i tema ñande yvýpy ãngy oiko va'e:
no es más que su imagen la que existe ahora en nuetra tierra:
a'ete i va'e
la serpiente originaria genuina
ãngy Ñande Ru yva rokáre.
está en las afueras del paraíso de Nuestro Padre.


Ñande Ru Tenonde yvy rupa
El primer ser que cantó
ogueroñe'ê ypy i va'ekue
en la morada terrenal de Nuestro Primer Padre,
oguerojae'o ypy i va'ekue,
el que por primera vez entonó su lamentación en ella,
yrypa i, ñakyrã pytã i.
fue la yrypa, la pequeña cigarra colorada.


Yrypa yma oime
La cigarra colorada originaria está
Ñande Ru yva rokáre:
en las afueras del paraíso de Nuestro Padre:
a'anga i tema ãngy opytya va'e
es solamente una imagen de ella la que queda
yvy rupáre.
en la morada terrenal.


Yamai ko yja,
Pues bienm, el yamai es el dueño de las aguas,
y apo are.
el hacedor de las aguas.
Ñande yvýpy va'e
El que existe en nuestro tierra
a'ete ve'eÿma:
ya no es el verdadero;
a'ete va'e oime Ñande Ru yva rokáre;
el verdadero está en las afueras del paraíso de Nuestro Padre;
a'anga i téma
ya no es más que su imagen
ãngy ñande yvýpy oiko va'e.
el que actualmente existe en nuestro tierra.


Ñande Ru, yvy ojapóvy,
Cuando Nuestro Padre hizo la tierra,
ka'aguy meme araka'e:
he aquí que era todo bosques:
ñuu jipói araka'e.
campos no había, dicen.
A'éramiramo,
Por este motivo,
ñuu ruparãre omba'apo va'erã
y para que trabajase en la formación de praderas,
tuku pararã i ombou
envió al saltamontes verde.
Tuku pararã i guevi oikutu i ague,
En donde el saltamontes clavó originariamente su extremidad inferior
kapi'i remypy i oñemoña:
se engendraron matas de pasto:
a'égui maê oiko ñuu.
solamente entonces aparecieron las praderas.
Ñuu ogueropararãrã,
El saltamontes celebró con sus chirridos
oguerochiri tuku pararã i.
la aparición de los campos.
A'ete va'e
El saltamontes originario
Ñande Ru yva rokárema oime:
está en las afueras del paraíso de Nuestro Padre:
ãngy opyta va'e a'anga i téma.
el que queda ahora no es más que una imagen suya.


Ñuu ojekuaa i mavy,
En cuanto aparecieron los campos,
ogueroñe'endu ypy i va'ekue,
el primero en entonar el ellos su canto,
oguerovy'a ypy i va'ekue,
el preimero en celebrar su aparición,
inambu pytã.
fue la perdiz colorada.
Inambu pytã
La perdiz colorada
ñuu ogueroñe'eundu ypy i va'ekue,
que por primera vez entonó sus contos en las praderas,
oime ãngy Ñande Ru yva rokáre:
está ahora en las afueras del Paraíso de Nuestro Padre:
yvy rupápy oiko i va'e,
la que existe en la morada terrenal
a'anga i téma.
no es más que su imagen.


Ñande Ru yvy rupa omboai ypy i va'ekue,
El primero en remover la tierra en la morada terrenal de Nuestro Padre
tatu i.
fue el aramdillo.
A'ete va'eÿma
Ya no es el verdadero aramdillo
tatu i ãngy reve oiko i va'e ñande yvýpy:
el que existe hasta el presente en nuestra tierra:
a'e va'e a'anga i reitéma.
éste ya no es más que su simple imagen.


Pytû ja, Urukure'a i.
La dueña de las tinieblas es la Lechuza.
Ñande Ru Kuaray, ko'ê ja.
Nuestro Padre el Sol es dueño del amanecer.


Segunda Parte
Segunda Parte


Ñande Ru Tenonde oñemboyva ropy pota;
Nuestro Primer Padre está por internarse en las profundiades del paraíso;
a'éramiramo, kórami ijayvu:
en vista de ello, así habló:
"Ndee ae, Karai Ru Ete,
"Solamente , Karaí Ru Eté,
tataendy ñeychyrõre,
las hileras de llamas inasequibles
mba'eve oupity'eÿ va'erã ano'ã va'ére,
en que yo me inspiro,
remoñeangarekóta nde ra'y,
las harás vigilar por intermedio de tus hijos,
Karai Py'a Guachu.
los Karaí valerosos.
A'évyma,
Por consiguiente, haz que ellos se llamen:
emoñeenói "Karai Tataendy Ja", ere.
"los Señores dueños de las llamas", (di).
Oñeangareko va'erã tatendy ryapurãre;
Ellos vigilarán aquello que ha de producir el ruido de crepitar de llamas;
ára pyau ñavõ emboguyuka i
cada primavera haz que se solivien
tataendy ñeychyrõ,
las hileras de llamas
tataendy ryapu oendu anguã
para que escuchen el ruido de crepitar de llamas
jeguakáva jeayu porãngue i,
los bien amados que llevan la insignia de la masculinidad,
jachukáva jeayu porãngue i".
las bien amadas que llevan el emblema de la feminidad".


A'e va'e rakykuégui,
Después de estas cosas, a Jakairá Ru Eté (dijó):
Jakaira Ru Etépy:
"Bien, tú vigilarás la fuente de la neblina
"Néi, ndee reñeangarekóta tatachina
que engendra las palabras inspiradas.
ñe'êngatu rapytarã íre.
Aquello que yo conecebí en mi soledad,
Chee jeupe aikuaa va'ekuére emoñeangareko nde ra'y,
haz que lo vigilen tus hijos,
Jakaira Py'a Guachu.
los Jakairá de corazón grande.
A'évyma, emoñeenói:
en virtud de ello haz que se llamen:
tatachina ñe'êngatu jarã i,
"dueños de la neblina de las palabras inspiradas",
ere nde jeupe".
di a ti mismo".


A'e va'e rakykuégui,
Después de estas cosas,
Tupã Ru Etépy aipo e'i:
a Tupã Ru Eté le habló en esta forma:
"Ndee reñeangarekóta Para Guachúre,
"Tú tendrás a tu cargo el extenso mar
Para Guachu rakã a'e javíre.
y las ramificaciones del extenso mar en su totalidad.
Yvára ñemboro'y rekorã ano'ãukáta ndévy.
Yo haré que tú te inspires en las leyes mediante las que se refrescará la divinidad.
Va'éreke,
Por consiguiente,
nde ra'y Tupã reta py'a guachu rupi
tú enviarás repetidamente a la morada terrenal
mba'e ñemboro'y eraauka jevy yvy rupáre,
por intermedio de tus hijos los Tupã de corazón grande, aquello que refresca,
ñande ra'y jeayu porãngue i pe,
para nuestros bien amados hijos,
ñande rajy jeayu porãngue i pe".
nuestras bien amadas hijas".


(16) Ñamandu Ru Ete tenondegua
El verdadero Padre Ñamandú, el primero,
yvy rupáre jeguakáva apyre i pe,
estando por hacer descender a la morada terrenal la ciencia buena
jachukáva apyre i pe
para las generaciones de los que llevan la insignia de la masculinidad,
arandu porã ogueroyvÿiukátamavy,
el emblema de la feminidad,
Jakaira Ru Etépy aipo e'i:
a Jakairá Ru Eté dijo:


"Néi, tatachina rangê i
"Bien, en primero lugar,
emboupa ñande ra'y apytére,
alojarás en la coronilla de nuestros hijos y nuestras hijas
ñande rajy apytére.
la neblina.
Ara Pyau ñavõ eroatachinauka i
Cada vez que retorna la primavera harás circular,
nde ra'y Jakaira Py'a Guachúpe
por intermedio de tus hijos, los Jakairá de corazón grande,
yvy rupa.
la neblina por la morada terrenal.
A'évare ae,
Unicamente en virtud de ella
ñande ra'ykue íry,
podrán nuestros hijos,
ñande rajykue íry oiko porã i va'erã".
nuestras hijas prosperar".


A'e va'e rakykuégui:
Después de estas cosas:
 "Karai Ru Ete,
"Karaí Ru Eté,
ndee ave tataendy
tú también harás que las llamas sagradas
mba'e porã i emboupa i
se alojen
ñande ra'y jeayúpe,
en nuestros amados hijos,
ñande rajy jeayúpe".
en nuestras amadas hijas".


"Va'ére, che ra'y Tupã Ru Ete,
"Por esto, mi hijo Tupã Ru Eté,
mba'e ñemboro'yrã ano'ã va'égui
aquello que yo concebí para refrescamiento
ñande ra'y py'a mbytépy emboupa i.
haz que se aloje en el centro del corazón de nuestro hijos.
A'éramo ae,
Unicamente así,
 yvy rupáre opu'ã va'erã reta,
los numerosos seres que se erguirán en la morada terrenal,
jeayu porã i omombiachéramo jepe
aunque quieran desviarse del verdadero amor,
oguerokatupyry i va'erã".
vivirán en armonía".


"Mba'e ñemboro'ýguivy ae,
"Unicamente mediante aquello que refresca,
mborayu rekorã i a'e ague
las leyes que pronuncié para regir el amor
nomboaku aéi va'erã
no producirán excesivo calor
ñande ra'y jeayurã i
en nuestros futuros amados hijos,
ñande rajy jeayurã i".
en nuestras futuras amadas hijas".


Ñamandu Ru Ete tenondegua,
Habiendo Ñamandú Ru Eté, el primero,
omoñeenoimba i mavy gua'y ru eterã,
designado por sus repctivos nombres a los verdaderos padres de sus futuros hijos,
gua'y ñe'êy ru eterã,
a los verdaderos padres de las palabras-almas de sus futuros hijos,
iambarãre ae ae i:
cada uno de ellos en su repectiva morada (dijo):
"Ko va'e rakykuégui,
"Después de estas cosas,
opomoñeenói riréma,
después de haber hecho que os llaméis por vuestros nombres,
pene ambarã ae ae íre,
las leyes que regirán en la tierra a los que llevan la insignia de la masculinidad
yvýre jeguakáva rekorã i
y el emblema de la feminidad
peê ae peikuaáne".
vosotros las concebiréis (las sabréis)".


Va'e rakykuégui,
Después de estas cosas,
ombojeguaka vyapu gua'y Ru Ete tenondeguápe,
inspiró el canto sagrado del hombre a los verdaderos primeros padres de sus hijos,
ombojachuka vyapu guajy Chy Ete tenondeguápe,
inspiró el canto sagrado de la mujer a las primeras madres de sus hijas,
va'e rakykuégui ae
para que después de esto, en verdad,
yvýre opu'ã rei reta va'erã
prosperaran
oiko porã i anguã.
quienes se erguirían en gran número en la tierra.






Capítulo VI



Yvy Ru'û
El Diluvio


Yvy tenondeguakuéry
Los habitantes de la primera tierra
oupitypáma omarã'eÿrã.
ya han alcanzado todos el estado de indestructibilidad.


Oñembo'e porã i va'ekue,
Los que rezaron en buena forma,
ijarakuaa va'ekue
los que poseyeron entendimiento,
ijaguyje porã,
han alcanzado la perfección,
oóma oambarãre.
se dirigen hacia su futura morada.


A'ekuéry voi ombojera oyvy ju ruparã
Ellos mismos crean sus moradas de tierra eterna
Tupã Mirî ambápy.
en la morada de los dioses menores.


Ijarakuaa'eÿ va'ekue,
Los que carecieron de entendimiento,
arandu vai ogueno'ã va'ekue,
los que se inspiraron en la mala ciencia,
ñande aryguakuérype ojeavy va'ekue oo vai,
los que transgrediron contra los Situados encima de nosotros,
ijaguyje amboae.
se fueron en mala forma, sufrieron la metempsicosis.


Oime oo vaé guyráramo, ju'íramo, enéramo;
Hay quienes se convirtieron en pájaros, en ranas, en escarabajos;
guachúramo omondo Ñande Ru kuña omonda va'e:
en venado convirtió nuestro Padre a la mujer que habá hurtado:
Ñande Ru porãkuéry ñande rekorã oeja va'ekue rupivy aéma
únicamente viviendo de acuerdo a los preceptos dejados por nuestrsos buenos padres
jaiko porã i va'erã.
hemos de prosperar.


Karai Jeupie ojeavy Ñande Ru Tenondekuérype:
El Señor Incestuoso transgredió contra Nuestros Primeros Padres;
omenda ojaiche íre.
se casó con su tía paterna.
Ou potáma yy;
Estaban por venir las aguas;
Karai Jeupie oñemboayvu, oporaéi, ojeroky;
el Señor Incestuoso oró, cantó, danzó;
oúma yy, aguyje oupity e'ÿre Karai Jeupie.
ya vinieron las aguas, sin que el Señor Incestuoso hubiera alcanzado la perfección.


Oyta Karai Jeupie, kuña reve oyta;
Nadó el Señor Incestuoso, con la mujer nadó;
yýpy ojeroky, oñemboayvu, oporaéi.
en el agua danzaron, oraron y cantaron.
Oñemomburu: mokõi jachy aguépy imbaraete.
Se inspiraron de fervor religioso; al cabo de dos meses adquirieron fortaleza.
Ijaguyje; ombojera pindo ju ogue mokõi i va'e;
Obtuvieron la perfección; crearon una palmera milagrosa con dos hojas;
akãmy opytu'u oo anguã oambáre,
en sus ramas descansaron para luego dirigirse a su futura morada,
ikandire anguã.
para convertirse en inmortales.


Karai Jeupie, Karai Joajue,
El Señor Incestuoso, el Señor de la unión nefanda,
a'e voi ombojera oyvy ju ruparã i Tupã Mirî ambáre.
él mismo creó para su futura morada de tierra indestructible en el paraíso de los dioses menores.
Oo Karai Jeupie Ñande Ru Karai Taparíramo;
Se convirtió el Señor Incestuoso en nuestro Padre Taparí;
Tupã Mirî Ru Etéramo oo.
se convirtió en el veradero Padre de los dioses menores.




 Capítulo VII


Yvy Pyau
La Nueva Tierra


Ñamandu Ru Ete:
Ñamandú Ru Eté:
"Néi, ereóta, che ra'y i, Karai Ru Etépy ere,
"Bien, irás, mi hijo, y a Karaí Ru Eté dile
a'épa je oñono ete va'erã oyvy ruparã i".
si él está dispuesto a crear para su pequeña morada terrenal".


Karai Ru Ete (al mensajero):
Karai Ru Eté (al mensajero):
"Chee nañonói ete va'erã iare i va'erã'eÿ.
"Yo en ninguna manera estoy dispuesto a crear algo predestinado a no perdurar".
Chee, yvy aropochýne".
Yo descararía mi cólera sobre la tierra.
A'évare: "A'e noñono reeguái oyvy ruparã i, ere chupe".
Por consiguiente: 'El no tiene intención de crear para su morada terrenal', dile.


Ñamandu Ru Ete:
Ñamandú Ru Eté:
"Néi, a'éramo, tereo Jakaira Ru Etépy ere:
"Bien, siendo así, ve ante Jakairá Ru Eté, y dile
a'épa je oyvy ruparã noñonói ete va'erã".
si él está dispuesto a crear para su morada terrenal".


Jakaira Ru Ete:
Jakairá Ru Eté:
"Chee añono potáma che yvy ruparã i,
Yo ya estoy dispuesto a crear para mi futura morada terrenal.
Che yvy o'ayvõma ñande ra'y apyre pyreve i kue:
Mi tierra contiene ya presagios de infortunios para nuestros hijos
a'éramo jepe, aroatachina va'erã;
hasta la postrer generación:
tataendy tatachina ambojaity i pota
ello no obstante, esparciré sobre ella mi neblina vivificante;
mba'ete i oiny va'erã tape rupa reko achýre".
sobre todos los seres verdaderos que circularán por los caminos de la imperfección".


"Chee, petÿ, tatachina kãanga arojera i va'erã,
"Yo crearé el tabaco y la pipa
ñande ra'ýrype jekuperã.
para que nuestros hijos puedan defenderse.
Chee, ka'aguy pa'û arojepovera
Yo, la totalidad de los valles situados entre las selvas
mbegue katu va'erã a'e javikue i".
los iluminaré mansamente con mis relámpagos sin trueno".


Yvy Pyau jarýirã tatu ai ombojera.
Para abuela de la nueva tierra creó el tatu .
Yvy pyau ja oeja va'ekue, evo'i guachu.
La que dejó para dueño de la nueva teirra es la anfisbena.



Papá Mirî también pobló la tierra de hombres:


Ñande Ru Papa Mirî yvy ko va'e oñono.
Nuestro Padre Papá Mirî creó esta tierra.
Oyvy rupa oguerojeguaka vyapu.
Hizo que se entonase en su tierra el canto sagrado del hombre.
Oyvy jeguaka vyapu ombojoyvy are i,
El acompañamiento del canto sagrado del hombre en la morada terrenal
jachuka yvapu.
fue el canto sagrado de la mujer.


Yvy ko va'e oguerojeguaka vyapupa'eÿre,
Antes de haber hecho escuchar el canto sagrado del hombre en toda la extensión de esta tierra,
omboachy ichy,
le echó de menos su madre
oambárema oenói jevy.
y le volvió a llamar a su morada.
Oyvy rupa oguerojeguaka vyapupa'eÿre,
Antes de haber llenado el ámbito de su morada terrenal con el canto sagrado del hombre,
oyvy rupa oipopichypa'eÿre
Antes de haber alisado su morada terrenal en toda su extensión,
oo jevy Ñande Ru oambáre.
volvió Nuestro Padre a su morada.


Ñande Ru Tenonde yvy oñemboaíma; oikóma yvy pyau.
La tierra de Nuestro Primer Padre ya se ha deshecho; ha surgido ya la nueva tierra.
"Néi, che ra'y, tereo yvýpy, ndee ra'y Papa Mirî.
"Bien, mi hijo, ve a la tierra, tú, mi hijo Papá Mirî. Tú de tu propia sabiduría
Ndee ne arandúgui reikuaáne jeguakáva porãrã i.
sabrás a los que llevarán la hermosa insignia de la masculinidad.
Jeguakáva reikuaámavy, reraáta che ñe'ê erojapo yvýpy.
En cuanto conozcas el adorno de plumas llevarás mi palabra y la harás obrar en la tierra.
A'e va'égui ae reikuaa va'erã yvýpy rejapo va'erã", e'i Ñande Ru Tenonde.
Solamente en virtud de ella sabrás qué hacer en la tierra", dijo Nuestro Primer Padre.


(10) Oyvy itui máramo, a'e va'e oñono íma inõngýmavy,
Extendiéndose ya su tierra, habiéndola él creado y puesto en so debido lugar,
oikuaa i araka'e guembiaporã, marãramipa jeguakáva porã,
concibió él la labor a que debiera dedicarse; qué es los que debía enseñar a quiense llevan el adorno de plumas
yvypo amboae i py oikuaauka va'erã imbojekuaa.
y demás habitantes distintos de la tierra, divulgándoselos para que lo supiesen.


Oguejýmavy yvýpy, oikuaa ypy íri va'e, tatarã i.
Habiendo descendido a la tierra, lo primero que supo fue la provisión de fuego.
"Tatarã i gui rangê che rembiaporã i aikuaa pota", e'i.
"El primer trabajo que sabré es la provisión de fuego", dijo.
"A'évare, Che rembijokuai, che ra'y kururu i, añemomano pota,
"Por consiguiente, mi mensajero, mi hijo sapo, yo fingiré estar muerto,
che ree pu'ã va'ekue ojapo anguã embikuaa".
a fin de que los que se levataren contra mí practiquen en mí sus malas artes".


"A'ekuéry ae oguereko tata yvýpy;
"Solamente ellos tienen fuego en la tierra;
teko achypyguarã i opyta va'erã a'e va'égui,
esto deben tenerlo los mortales,
ñande ra'y i yvýpy opyta va'erã pe oikuaa angua".
para que nuestros hijos que permanecerán en la tierra tengan conocimiento de él".


"Chee añemomano i pota,
Yo fingiré estar muerto,
che ree opu'ã va'ekuéry ratáguivy ae oiko anguã ñande ra'ýpy. Néi,
a fin de que el fuego de los que se levanten contra mí sea para nuestros hijos. Bien,
Che ra'y kururu i, earõ i ke; añembojaitýmavy amboaviju va'erã;
mi hijo sapo, ponte al acecho; cuando yo me sacuda, lo esparciré;
a'e va'éke, che ra'y i, emokõ iño".
esto lo tragarás en cantidad".
Oñeno i mavy oúpy, oikuaáma Ñande Ru gua'y omanoa.
Habiéndose acostado, extendiéndose, supo Nuestro Primer Padre que su hijo había muerto.
A'évare, Uruvurãpe:
Por consiguiente, al futuro buitre (dijo):


"Néi, tereo, che ra'y; che ra'y aecha vai ae; a'évare tereo che ra'y eepy jevy".
"Bien, ve mi hijo; veo que mi hijo está muy grave; por consiguiente, ve y rescucita a mi hijo".
Oúma uruvurã oecha tetekue, ojou ikyra vai rei.
Vino el futuro buitre y vio el cadáver; vio que era bien gordo.
Ojatapy a'épy, oechy anguã guapichakuéry reve.
Encendió fuego para asarlo juntamente con sus compañeros.
Ojape'ava, ojatapy i'áry, oechy anguã guapichakuéry reve.
Trajeron leña, encendieron fuego sobre él;
Ojape'ava, ojatapy i'áry; ariréma oñembojaity Papa Mirî.
entonces se sacudió Papá Mirî.
A'évyma, gua'y kururúpy oporandu. "Namokõi", e'i.
Entonces interrogó a su hijo el sapo. "No he tragado", dijo.


Peteîngue i jevy oñeno oúpy oñemomano;
Volvió a acostarse, extendiénse y fingiendo estar muerto;
eche opu'ã va'ekuéry ñomboaty jevýma, ojape'ava, ojatapy jevy,
los que se alzaban contra él volvieron a juntarse, rocogieron leña, volvieron a encender fuego;
oñembojaity jevy Ñande Ru.
se sacudió nuevamente Nuestro Padre.
Oporandu jevy gua'ýpe, kururu i pe.
Volvió a interrogar a su hijo el sapo.


"Ãngyty amokõ iño rakokírami"
"Esta vez, efectivamente, he tragado en cantidad… un pedacito así".
"Néi, a'éramo, che ra'y, ñambojaitýke chévy che ra'ýpe;
"Bien, en ese caso, sacúdalo, mi hijo, para uso de mis hijos.
a'évy, che ra'y, embojevy i". Ombojevy i mavy:
Para el efecto, arrójalo aquí". Habiéndolo arrojado:
"Tereo eru yvyra jaeja anguã tata", e'i.
"Ve a traer madera para dejar en ella el fuego", dijo.


Oguerúma Aju'y Joa rakã i.
Trajo un gajo de Aju'y Joa
"Néi, ãngy, ápy embojevy i; rembojevy anguã, eru che ru'y u'ycha
"Bien, ahora arrójalo aquí; para arrojarlo, trae mi flecha
reve", e'i.
con su punta", dijo.
Ombojevy i mavy, oñeongatu Aju'y Joáre oeja.
Habiéndolo arrojado, lo depositó en el Aju'y Joa, dejandolo allí.
Ijoyvy i , ogueru ychypo yvyguy, a'e va'ére ombojevy avei.
Para compañero de Aju'y Joa, trajo el bejuco subterráneo; en él
A'évare, mokõingue íre, oñeongatúma tata yvýpy Jeguakáva Porãpe,
tembién lo depositó. En ellos, en ambos, depositó fuego para los buenos portadores del adorno de plumas,
yvypokue ípy opyta anguã.
para que quedase fuego para los habitantes de la tierra.


A'égui, oo jevy uruvurã i Ñande Ru Tenonde ápy.
Después de estas cosas, volvieron los futuros buitres ante Nuestro Padre.
Oikuaámavy Ñande Ru tetekue oechy ague:
Sabiendo Nuestro Padre que habían asado el cuerpo:
"Tapeo peê, mba'e guachu mboavai'eÿ áramo peiko", e'i.
"Id vosotros y convertíos en seres que no respetaréis la cosa grande", dijo.
Ojae'o uruvu; ndoechái va'erã aérema teko aguyje, ojae'o.
Lloraron los buitres; porque en ninguna manera alcanzarían la vida perfecta, lloraron.
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1 comentario:

  1. Exelente. Siempre los pemas Mbya suenan en el espacio mitico de nosotros tambien los Djuruá. Che VYA !! y un homenaje riguroso al trabajo de mensajero que cumplio Cadogan.

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